Puentes y No muros
Te damos la bienvenida a este curso único sobre la historia de Jerusalén, una ciudad que ha sido el epicentro de la espiritualidad, la cultura y la política durante miles de años. Este curso te llevará a un viaje inolvidable a través del tiempo, explorando los momentos clave que han moldeado a esta ciudad única y su influencia en el mundo actual.
Jerusalén no es solo una ciudad; es un símbolo de fe, resistencia y coexistencia. Comprender su historia es esencial para entender muchas de las dinámicas actuales del mundo. Este curso te ofrece una oportunidad única para profundizar en sus secretos y apreciar la riqueza cultural y espiritual que representa.
A manera de introducción, esta primera clase nos ofrece un vistazo a lo que ha sido la historia de la ciudad más famosa del mundo, desde sus orígenes neolíticos hasta su condición actual como capital del pueblo judío.
La Biblia menciona a Jerusalén con dos nombres previos a la etapa israelita: Salem y Jebus. Luego, tras la conquista del rey David hace un poco más de tres mil años, pasó a llamarse Yerushalayim. ¿Quiénes fueron los habitantes de la ciudad durante la era cananea? ¿Cuáles fueron los cambios ocurridos como consecuencia de la conquista israelita? Un repaso por toda la etapa antigua de Jerusalén.
El complejo entorno de la invasión asiria, la caída de Samaria, y el reinado de Josías, trajeron muchos cambios a Jerusalén. No sólo físicos, sino también abstractos. Esta fue la etapa en la que Jerusalén dejó de ser sólo la capital de un pequeño pueblo en el Levante, para convertirse en la capital espiritual de una nación que muy pronto se enfrentaría al dolor del Primer Exilio.
Tras la conquista persa del Imperio Babilónico, Jerusalén y su Templo fueron reconstruidos. Con ello, comenzó una nueva etapa que se habría de extender durante más de medio milenio. En esta clase haremos un repaso de cómo evolucionó la ciudad bajo el dominio de los persas, los macedonios, los ptolomeos, los seléucias, los hasmoneos y, finalmente, los romanos. Desde Esdras hasta la destrucción en el año 70 EC.
Tras la fallida rebelión de Simeón bar Kojba, el emperador Adriano ordenó cambiar el nombre de la ciudad. La renombró como Aelia Capitolina, y la dedicó al culto a Jupíter. No fue algo que durara mucho, pero con ello comenzó la etapa en la que Jerusalén fue una ciudad enlutada, con sus hijos en el exilio, semi-abandonada y empobrecida. Pero también fue la época en la que se escribieron poemas y canciones que convirtieron la relación entre un pueblo y una ciudad en la historia de amor más profunda de toda la historia.
Durante el siglo XIX, el interés judío por Jerusalén empezó a fomentar la migración hacia la Palestina otomana; luego vinieron las aliyot sionistas. Las complicaciones geopolíticas provocaron el inicio del conflicto con los árabes, y así comenzó el lento proceso para que Jerusalén regresara a manos del pueblo judío, y saliera de una condición medieval para convertirse en la moderna ciudad que es hoy.
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